martes, 19 de junio de 2007

Luis A. Calvo


Luis A. Calvo

(Gámbita, Santander, agosto 28 de 1882 - Agua de Dios, abril 22 de 1945) llegó a Bogotá en 1905 en busca de una educación musical formal en la Academia Nacional de Música junto a los profesores Rafael Vásquez Flórez y Guillermo Uribe Holguín. Allí estudió una gran variedad de instrumentos, entre ellos el chelo, y llegó a desempeñarse como instrumentista de la orquesta de la Academia (luego Conservatorio). Su experiencia musical anterior había sido intensa, pero limitada: ejecutante de bombo, platillo, bombardino y violín en Tunja y pistón en la Segunda Banda del Ejército en Bogotá. Para Calvo la música fue su vocación, carrera y profesión. Junto a Pedro Morales Pino y su célebre Lira, cultivó la música popular andina. El ímpetu de su carrera en Bogotá se vio frenado por el contagio de la lepra en 1916 y su retiro hacia Agua de Dios, la Ciudad Martirio.
El mayor logro musical de Calvo se da en el terreno de lo pianístico (ver Credencial Historia Nº 72, diciembre 1995, pp. 12-15), si bien no se puede desestimar su interés por la canción y tampoco se pueden ignorar los logros pianísticos de sus contemporáneos. Sin embargo, hacer referencia a dos de sus obras, Malvaloca y Lejano azul, es para muchos mencionar auténticos paradigmas de la música para piano en Colombia. El atractivo indiscutible del repertorio de Calvo es el del impacto afectivo de su fértil imaginación melódica y la exitosa amalgama que acusan sus creaciones entre lo popular y lo elaborado.
Se traduce en la obra para piano de Calvo un hecho evidente, un talento musical natural que recoge pocas influencias externas que no sean las de la música que permeó su juventud. Se pueden detectar giros en la obra de Calvo que evocan fugazmente referencias preexistentes. Tal es el caso de quienes asocian no sólo el título, sino las sinuosidades de su Arabesco, con el célebre Arabesco Nº 1 de Debussy; ornamentaciones que de inmediato nos recuerdan la música de Chopin figuran de manera evidente en el capricho Cartagena y en el preludio Spes Ave; la gavota Cecilia sorprende con su introducción densa y el toque clásico y casi mozartiano de la siguiente sección.
El genio romántico de Calvo radica en la facilidad con que produce una melodía tras otra en los contextos rítmicos más disímiles. Cada obra es un poema musical secretamente personalizado. Las piezas para piano de Calvo no son descriptivas, sino evocadoras. No hablan de eventos, sino de sentimientos, y de la manera más directa. La vida de Calvo no se divorcia fácilmente de su obra. Conoció la tragedia, el destierro y el desprecio social. El número total de composiciones de Calvo es de más de 160. Las piezas para piano son en su conjunto refinadas y elegantes; las danzas, delicadas; los pasillos, ingeniosos; los intemezzi, sugestivos y los valses, encantadores. Obras pensadas para una sociedad idealizada, a la cual no le era permitido pertenecer. A ella dedicó su vida.
Compuso Dolor que canta, tango, núm. 1000, 21 de mayo de 1927.
(Credencial)

Francisco Cristancho


Francisco Cristancho

Nació el 27 de septiembre de 1905 en Iza, Boyacá, el maestro Francisco Cristancho Camargo, emblemático compositor, intérprete de bandola, trombón, tiple y guitarra, arreglista, director. Una brillante carrera a la que hoy Bandolitis quiere rendirle homenaje en su centenario.
Uno de los mejores tributos que se le puede ofrecer a un compositor como Cristancho, es escucharlo y divulgarlo, así que los invitamos a esta pequeña audición que hemos preparado con la selección de seis temas de su autoría, uno cada día y durante toda esta semana, interpretados por diversas agrupaciones instrumentales: Bochica (Trío Morales Pino) el miércoles, Bachué (Grupo Jusard Armmónicas) el jueves, Bacatá (Cuarteto Juvenil de Ginebra) el viernes, Torbellino de mi tierra (Trío Colombita) el sábado, Santafereña (Camaradería) el domingo y Pa' qué me miró (Fabián Forero) el lunes. Anímense a escucharla y por qué no, envíen una "serenata virtual" a la novia, a la mamá, al abuelo, al amigo... con las obras de nuestro homenajeado.

Compuso "Olga I", tango milonga para violín y piano, núm. 1242,

(Mario Carvajal)

EMILIO MURILLO



EMILIO MURILLO

Músico boyacense nacido en Guateque el 9 de abril de 1880
Tiplista de excepción, interpretaba también otros instrumentos de cuerda, flauta y piano. Discípulo del Maestro Pedro Morales Pino, quien decía que Murillo “llevaba en sí el incurable microbio de la música”, se le ha catalogado como el apóstol de la música colombiana por su afán de divulgación de la misma fuera y dentro del país.
Desde los 16 años, ya era contertulio de los centros de bohemia cultural de Bogotá, en los cuales compartía con quienes ya eran grandes personalidades de nuestra cultura y de nuestra música. En famosos “La Gruta Simbólica”, “La Gran Vía”, “La Gata Golosa” y “La Cuna de Venus” se reunía permanentemente con las más importantes figuras de la época, como Pedro Morales Pino, Alejandro Wills, Gonzalo Fernández, Julio Flórez, El “ciego” Escamilla, Luis A. Calvo, Fulgenio García, Guillermo Quevedo, Jerónimo Velasco, Federico Rivas Frade, Enrique Alvarez Henao, Clímaco Soto Borda, Ismael Enrique Arciniegas, Jorge Pombo, Alberto Escobar, Arturo Patiño, Jorge Rubiano, Eustacio Rosales, Ricardo Cuberos, Jorge Añez, Ricardo Acevedo Bernal, y muchos otros más.
Amigo personal del poeta Julio Flórez, a quien acompañaba al piano mientras recitaba sus poemas, muchos de los cuales tuvieron vida musical en sus composiciones. Fué el descubridor de los hermanos Carlos Julio y Alcira Ramírez, dos de las grandes glorias del canto nacional, e igualmente fué el primer profesor de la extraordinaria cantante tolimense Matilde Díaz, esposa por muchos años del gran maestro de maestros Lucho Bermúdez y posteriormente del Dr. Alberto Lleras Puga, hijo del expresidente Alberto Lleras Camargo.
Fué periodista de los más importantes medios capitalinos sobre temas culturales y amigo personal de los expresidentes López Pumarejo, Laureano Gómez, Eduardo Santos y Olaya Herrera, quienes lo visitaban en su casa para deleitarse con su música.
En el año 1905 fundó la “Estudiantina Murillo” a la cual pertenecieron Arturo Patiño, Jorge Rubiano, Alejandro Wills, Ernesto Neira y Cerbeleón Romero, además del propio Murillo. Sus cantantes eran Patiño y Wills.
Una anécdota simpática sobre la vida de Emilio Murillo es la fundación de su propia fabrica de cerveza “Maizola” con la que invitó a brindar al Presidente de la República, General Rafael Reyes, y demás asistentes al concierto en Palacio al que habia sido invitada su “Estudiantina Murillo”. La industria “iba mas o menos bien“, hasta que Bavaria sacó su famosa cerveza “Cabrito” para competir con la tradicional chicha bogotana, y allí terminaron las pretenciones industriales de Murillo, quien sostenía que la suya era la mejor de todas las cervezas porque de las que hay en el mercado “una es malísima, otra es peor, otra mata, otra causa parálisis permanente, en cambio la mia también mata, pero de repente”.
Se calcula en 500 el número de obras musicales de Emilio Murillo, de las cuales la mayoría continúan inéditas. Suyos son grandes éxitos en los diferentes aires de nuestro folclore del interior, tales como “El Trapiche”, “Canoíta”, “El Guatecano”, “Cachipay”, “Yo me muero de amor”, “Canción de la tarde”, “Van cantando por la sierra”, “Caricias del alma”, “Cecilia”, “De lejos”, “Lucero”, “Morenita”, “Rumichaca”, “Golondrinas”, “Fiebres”, “Conmigo le dan las doce”, “La cabaña”, “Hondos pesares”, y muchas otras de similar reconocimiento nacional.
Dentro de los varios homenajes que recibió está la “Cruz de Boyacá” otorgada por gobierno nacional en reconocimiento a su valiosa labor de impulso a nuestra música.
Emilio Murillo murió en Bogotá el 9 de agosto de 1952

Debido al buen recibimiento que tuvo el tango, en el año 1918 en sus programas en los clubes sociales bogotanos, la Orquesta Filarmónica dirigida por Federico Corrales interpretaba tangos. Algunos de los más destacados eran de la autoría del Maestro Emilio Murillo: "Tango bogotano" y "La sabanerita".


Tangos más escuchados en Bogotá 1920-30

LOCA

Letra de Antonio Martinez Viergol.
Musica de Manuel Joves.
Compuesto en 1922.

Loca me llaman mis amigos
que solo son testigos
de mi liviano amor.

Loca...

Que saben lo que siento
ni que remordimiento
se oculta en mi interior?


Yo tengo con alegrias
que disfrazar mi tristeza
y que hacer de mi cabeza
las pesadillas huir.

Yo tengo que ahogar en vino
la pena que me devora...

Cuando mi corazón llora
mis labios deben reir.

Yo, si a un hombre lo desprecio,
tengo que fingirle amores,
y admiración, cuando es necio
y si es cobarde, temores...

Yo, que no he pertenecido
al ambiente en que ahora estoy
he de olvidar lo que he sido
y he de olvidar lo que soy.


Loca me llaman mis amigos
que solo son testigos
de mi liviano amor.

Loca...

Que saben lo que siento
ni que remordimiento
se oculta en mi interior?

Alla, muy lejos, muy lejos,
donde el sol cae cada dia,
un tranquilo hogar tenia
y en el hogar unos viejos.

La vida y su encanto era
una muchacha que huyo
sin decirle donde fuera...
y esa muchacha era yo.

Hoy no existe ya la casa,
hoy no existen ya los viejos,
hoy la muchacha, muy lejos,
sufriendo la vida pasa.

Y al caer todos los dias
en aquella tierra el sol,
cae con el mi alegria
y muere mi corazón.

………
NUBES DE HUMO

Letra de Manuel Romero
Musica de Manuel Joves
Compuesto en 1923

Fume, compadre;
fume y charlemos,
y mientras fuma recordaremos
que con el humo del cigarillo,
ya se nos va la juventud.
Fume, compadre;
fume y recuerde
que yo también recordare...
Con el alma la queria
y un negro dia
la abandone!

Voy, sin poderla olvidar,
atormentado por la pena.
Ella juro que era buena
y no la quise escuchar.
De nada sirve el guapear
cuando es honda la metida.
Pobrecita, mi querida!
Toda la vida
la he de llorar!

Y ahora, compadre,
arrepentido,
quiero olvidarla y no la olvido.
Si hasta parece
que ella se mece
entre las nubes de humo azul.
Fume, compadre;
fume y soñemos.
Quiero olvidar mi ingratitud
al ver hoy que, como el humo,
se desvanece la juventud.

.............
PADRE NUESTRO

Tango 1923
Musica : Enrique Delfino.

Letra: Alberto Vaccarezza

Padre nuestro, que estás en los cielos...
que todo lo sabes, que todo lo ves...
¿Por qué me abandonas en esta agonía?,
¿por qué no te acuerdas de hacerlo volver?
Se me fue una mañana temprano
me dijo hasta luego y un beso me dio,
mas vino la noche... pasaron los días,
los meses pasaron y nunca volvió.
¡Padre nuestro !...
Qué amargura sentí ayer
cuando tuve la noticia
que tenía otra mujer...
¡Padre nuestro!...
Si un pecado es el amor,
para qué me has encendido
para qué me has encendido
de este modo el corazón.

Pero yo le perdono su falta,
ni un solo reproche si vuelve le haré;
lo mismo lo quiero, con todas mis fuerzas,
con toda mi alma, yo soy toda de él.
Padre nuestro, que estás en los cielos...
que todo lo puedes, que todo lo ves;
¿Por qué me abandonas en esta agonía?
¿Por qué no te acuerdas de hacerlo volver

..........
MI PROVINCIANITA

Tango
1932
Música: Gerardo Matos Rodríguez
Letra: Manuel Romero


Canta mi provinciana
como el jilguero jamás cantó
y al pie de tu ventana
por tus cantares me muero yo.
Ruiseñor campero
dueña de mi vida
ciérrame la herida
que tu voz me abrió,
y no rías provinciana
que hoy te canto mi pasión.

Llora mi provinciana
por aquel hombre que te burló.
Y al pie de tu ventana
ya no se escucha más tu canción.
Siento hoy la herida
del desdén que mata
y tu voz de plata
nunca más se oyó.
Hoy comprendes, provinciana,
lo que habré sufrido yo.

Así le cantaba sus hondos dolores
el mozo serrano que amaba su voz,
pero ella soñaba con otros amores
y los juramentos de labios traidores
robaron la calma de su corazón.

......
LA ULTIMA COPA

1926
Música: Francisco Canaro
Letra: Juan Andrés Caruso

Eche amigo, nomás, écheme y llene
hasta el borde la copa de champán,
que esta noche de farra y de alegría
el dolor que hay en mi alma quiero ahogar.
Es la última farra de mi vida,
de mi vida, muchachos, que se va...
mejor dicho, se ha ido tras de aquella
que no supo mi amor nunca apreciar.

Yo la quise, muchachos, y la quiero
y jamás yo la podré olvidar;
yo me emborracho por ella
y ella quién sabe qué hará.
Eche, mozo, más champán,
que todo mi dolor,
bebiendo lo he de ahogar;
y si la ven,
muchachos, díganle
que ha sido por su amor
que mi vida ya se fue.

Y brindemos, nomás, la última copa,
que tal vez también ella ahora estará
ofreciendo en algún brindis su boca
y otra boca feliz la besará.
Eche, amigo, nomás, écheme y llene
hasta el borde la copa de champán,
que mi vida se ha ido tras de aquella
que no supo mi amor nunca apreciar.
........

SI SE SALVA EL PIBE

Letra de Celedonio Esteban Flores
Música de Francisco Pracánico
1933

Si se salva el pibe, si el pibe se salva,
vas a ver la farra que vamos a dar;
si Dios no permite que el pibe se vaya,
será fiesta patria en el arrabal.
Traeremos los pibes de todo el contorno
y así, en una tarde repleta de sol,
llenaremos toda la casa de adornos
y daremos juntos las gracias a Dios...

No tienes que dejarlo salir con los muchachos,
en casa hay demasiado lugar para jugar;
ya ves lo que ha pasado: el muchachito bueno
cayó bajo las garras de la fatalidad.
Ya sé que tú no tienes ninguna culpa en esto,
no creas que es reproche sino resignación;
si el pibe se nos salva, salvándose el muñeco,
verás como esto, vieja, le sirve de lección.

Me contó mi madre que todos los chicos
tienen a su lado un ángel guardián.
Si así fuera cierto, el buen muchachito
por lindo y por santo se debe salvar.
Y si Dios quisiera llevárselo lejos...
Parece que duerme, deja de llorar...
Ya sabes que han dicho que no lo despierten.
Si se salva el pibe, si llega a sanar!...

..............

CAMINITO

Tango (1926)
Música: Juan de Dios Filiberto
Letra: Gabino Coria Peñaloza

Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar,
he venido por última vez,
he venido a contarte mi mal.
Caminito que entonces estabas
bordado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás,
una sombra lo mismo que yo.
Desde que se fue
triste vivo yo,
caminito amigo,
yo también me voy.
Desde que se fue
nunca más volvió.
Seguiré sus pasos...
Caminito, adiós.
Caminito que todas las tardes
feliz recorría cantando mi amor,
no le digas, si vuelve a pasar,
que mi llanto tu suelo regó.
Caminito cubierto de cardos,
la mano del tiempo tu huella borró...
Yo a tu lado quisiera caer
y que el tiempo nos mate a los dos.

Cuarteto Lira Colombiana

Cuarteto Lira Colombiana
Por su parte, el Cuarteto Lira Colombiana o Cuarteto de Folkloristas Colombianos debutó en Buenos Aires, en el Teatro Empire, el 24 de septiembre de 1923. Anteriormente había actuado en un festival benéfico y en él hicieron conocer en la capital argentina los números que habrían de servirles de bandera: “La Cabaña”, “Quereme chinita” y “Mis flores negras”. Este cuarteto estaba integrado por Alejandro Wills, Alberto Escobar, Salomón Martínez y Antonio Ortiz.
Caras y Caretas en su edición del 26 de septiembre de 1923, agradece a Francisco Lozano, “nuestro antiguo compañero de tareas”, porque a él “debe el público de Buenos Aires la satisfacción de haber conocido últimamente al Cuarteto Colombiano”. Días más tarde, el 18 de octubre de 1923, el Cuarteto de Folkloristas Colombianos actúa en la segunda sección del Grand Splendid Theatre de la calle Santa Fe 1860. Sobre sus actuaciones J. Levalle Gallo escribió una nota elogiosa, días más tarde, en Caras y Caretas. A su regreso de la capital Argentina, Alejandro Wills y Alberto Escobar interesaron a los bogotanos en el tango-canción. Era el año de 1926 y entre sus novedades tangueras estaban “Nubes de Humo”, “La provincianita” y “Padre Nuestro”.

Pedro Morales Pino



Pedro Morales Pino Músico

Bandolista, guitarrista, pianista, compositor y director colombiano. Es considerado el verdadero padre de la música popular colombiana. Como Profesor, ejerció la enseñanza inculcando la música de su tierra a discípulos y dirigidos desde antes de 1890, año en que formó la "Lira Colombiana" conjunto que amenizó las mejores veladas de Bogotá y que ocho años después salió a recorrer mundo andando todos los países de Centro América y grandes ciudades de Estados Unidos.Volvió en 1912 para formar, además de ejercer el profesorado, la segunda "Lira Colombiana" para actuar en las mejores salas y teatros.Como compositor se inició por 1880 dejando una obra de mil títulos de bambucos, valses, pasillos, danzas y fantasías que fueron muy gustadas en su tiempo y que tuvieron a buenos poetas compatriotas en la elaboración de sus versos.De ellas recogió el dúo Gardel-Razzano en Chile, en el año 1917, el bambuco "Cuatro Preguntas", letra de Eduardo López, que tiempo después publicó como suya el guitarrista José Ricardo y con el título de "Dicen que son cosas mías".Morales Pino nació en Cartago el 22 de febrero de 1863 y falleció en Bogotá el 4 de marzo de 1926.

Morales Pino compuso : "Encantado de verte", danza tango; y el tango "Lucy"