“Jamás pensé que aquí en Colombia
se quisiera tanto el tango,
me fascina la bohemia
de su loca juventud,
también yo dije "La quise mucho"
y oyendo tango yo también me emborrache”.
Fragmento de Tango en Colombia, de Charlo
Muricio Restrepo Gil
Tocar este tema es algo delicado, pues hay muchos precedentes que se han formado y escrito con respecto a este género musical, en Colombia es mucho lo que hay que escribir, inclusive libros...humildemente quiero solo hacer unos pequeños comentarios en torno a este aire porteño y su incidencia con los colombianos.
El fenómeno Gardel, hizo que en Colombia el tango se mirara de otra forma, y digo Gardel porque después de aquel fatídico 24 de junio de 1935 iban a cambiar muchas cosas.
INICIOS:
En un principio los tangos llegaron a Colombia, no del sur como debió ser, sino del norte, como así?, pues sencillo, de la argentina enviaban como también de Colombia, las partituras de sus temas para que fueran grabados por las grandes empresas de discos que tenían su asiento en Estados Unidos, para entonces estaban de moda la RCA Víctor, Columbia, Brunswick, Decca, entre otras; además estas empresas tenían los elencos más importantes de cantantes de habla hispana, la mayoría de estos fueron intérpretes estudiados en conservatorio y que cantaron óperas, pero que por alguna circunstancia decidieron jalarle a lo popular, José Moriche, Juan Pulido, Margarita Cueto, Fortunio Bonanova, Carlos Mejía, Juan Arvizu, Alfonso Ortiz Tirado, Pilar Arcos, Genaro Veiga entre muchísimos más; las empresas devolvían a su país de origen los discos, que para el caso de Colombia, era por un lado el pasillo o bambuco y en la otra cara como golosina un tango; así fue entonces como se comenzó en Colombia a escuchar el tango, no faltaron entonces quienes para las serenatas llevaban uno o dos tangos de moda.
Claro que Gardel como –inventor- del tango canción ya había grabado y era muy famoso pero solo en el sur, en España y en Francia, sus tangos en Colombia llegaban muy esporádicamente porque Odeón que era la empresa para la que grababa no enviaba sus discos por estos contornos. De sus contemporáneos era muy conocido su paisano Agustín Magaldi, casi siempre en su dueto con Pedro Noda; otro de los cantantes pre-gardelianos fue el barítono Canaro Juan Pulido, quien hasta de charro se vestía y dramatizaba a veces hasta la exageración los tangos, que también hay que tener en la cuenta eran arrabaleros, de muerte, desengaño, borracheras y amores idos.
Los primeros tangos que aquí se hicieron, datan de por allá de fines de la década de 1910, y fue el dueto de Wills y Escobar quienes recorrieron el continente con sus canciones, viajaron a la argentina, en aquel país ya existían algunos grupos colombianos denominados: Los Antioqueños, Conjunto Bogotá, Lira Payanesa, quienes interpretaban con predilección tangos, como si fueran de allá; al regresar Wills y Escobar, trajeron estas experiencias y untaron por primera vez –creo yo- a los colombianos de tango porteño, en los días de su llegada un poeta bogotano les dio la letra de una danza que se llamó Ribereña, y que en algunos apartes dice: “Lúbrico tango, vibrante/ de alegre y ágil compás,/llevas airoso y radiante,/el calor por donde vas;/soberano de placeres/ estallan, ante tu ardor/ en caricias las mujeres/ y los hombres en amor”. Surgieron tangos, que eran tangos apasillados o abambucados, tales como: Bogotanita de Diógenes Chávez Pinzón, Única Flor de Cipriano Guerrero, Barranquillerita, anunciado este último como tango criollo de Gabriel Escobar Casas, Que Mujeres de Jerónimo Velasco, y Dolor que Canta de Luis A. Calvo.
Pero la cosa no pasó de ese punto, se escuchaban y eran de moda entonces algunos tangos como: Loca, Padre Nuestro, Nubes de Humo, La Provinciana, La última Copa, El pibe, Caminito... Otra forma en que llegaban tangos esporádicamente a Colombia, era en compañías de zarzuelas, de teatro y en circos, que como complemento de sus funciones traían algún grupo o cantante; se recuerda que por allá en 1927 vino a Colombia la compañía de Camila Quiroga, quien tenía un trío conformado por el violinista Remo Bolognini, el pianista Roberto Tachi y el bandeonista Augusto pedro Berto.
EL FENÓMENO GARDEL:
Carlos Gardel fue contratado entonces para filmar algunas películas dada su fama, las primeras las hizo en Europa y no sonaron mucho, luego en Estados Unidos fue contratado para hacer otras, aquí fue un hit, su pinta de galán, su voz y esa forma de decir el tango, revolucionaron el ambiente artístico de la época. Colombia comenzaba a absorber esto. Gracias al éxito de sus películas, la Víctor lo contrató para grabar sus éxitos y ahí fue que sus discos se popularizaron y alcanzaron muy pronto tirajes inmensos; para 1935 decide volver a su Buenos Aires querido, y por derecho decide ir en gira por los países latinos, hasta que pasó lo de aquel 24 de junio, precisamente en Medellín-Colombia. Esto acabó de definir por fin el acendrado amor por el tango.
Gardel grabó seis canciones colombianas, el pasillo: Mis Flores Negras; los bambucos: Asómate a la Ventana, Tras las verdes Colinas, Mis Perros, El Vagabundo, y el tango El Brujo, que aunque no fue hecho en Colombia, su letra la escribió el poeta y escritor bogotano Eduardo Carrasquilla Mallarino (prestigioso periodista que colaboró en Caras y Caretas, fue corresponsal en Europa y publicó algunos libros), los que musicalizó Juan Carlos Bazán, tango que obtuvo el primer premio en el concurso de los discos "Nacional" del año 1925 en Argentina:
“Una vez, en momentos de encanto,
una bruja, de amor me embrujó;
con sus ojos tan grandes y llenos
de fuego, más fuerte, que el fuego del sol”.
VIAJAN LOS PRIMEROS TANGOS COLOMBIANOS:
Como ya se estaba volviendo pegajoso este aire, los colombianos comenzaron a componer más en serio tangos, con letra y música eran enviados a Estados Unidos y Argentina, este último país comenzaba ya a perfilarse como centro de grabaciones de las principales marcas de discos. Uno de los primeros tangos enviados al extranjero con letra y música de Colombianos, fue La Demanda, con letra del antioqueño Santiago Vélez Escobar, alias Caratejo y música del caldense Rafael Moncada, la cual fue enviada a Hollywood para ser grabada el 22 de marzo de 1933, por el misterioso dueto de L. Posada y El Payador Argentino, quienes no eran otros que Lupe Posada y Luis Valente:
“A tus plantas me arrodillo señor juez,
a demandar a este pícaro ladrón
que entre tanta claridad del día
en la calle me ha robado el corazón...”
Son de Campanas y En la Calle, fueron dos tangos con letra de Tartarin Moreira (Libardo Parra Toro) y música de Carlos Vieco Ortiz, que los señores Bedout, quienes eran los distribuidores de discos Víctor en Medellín, enviaron a Buenos Aires para que fueran grabados por Agustín Magaldi, es más la letra de Son de Campanas fue dedicada a una copera, cuya letra dice:
“Bebé por esa mujer,
me ordenan esas campanas,
y obediente a su querer,
yo bebo a más no poder,
y nunca quito las ganas...”
Ya que estamos hablando de la música de Magaldi La Voz Sentimental del Tango, recordemos los otros discos colombianos que grabó: los bambucos Embriaguéz de Llanto (Letra y música de Tartarín Moreira) y Montañerita Mía (letra de Tartarín y música de Manuel Ruíz Blumen); y hubo otro que llamaron –Magaldi y Noda- Súplicas, que aparece como de J. A. Zantsky-R. Florán, el cual tiene el precedente de que su nombre original es Tu Tienes un Alma, compuesto por los antioqueños Germán Benítez y Pedro León Franco, con letra del poeta Jesús María Trespalacios; se recuerda que este último vals también lo grabó el trío Irusta-Fugazot-Demare.
De Antioquia más que todo salen estas partituras, el maestro Hernán Restrepo Duque, en un artículo periodístico titulado Tango con ruana y cotizas, dice: “Increíble, si señor, pero el mejor cantor de tangos de todas las épocas después de Gardel, Edmundo Rivero, inició su carrera discográfica cantando tangos de autores antioqueños. Rigurosamente histórico. Rivero compartía los cantables con la orquesta de Horacio Salgan, nada menos, con Carlos Bermúdez. Salgán no tuvo chance con las disqueras, y Rivero y Bermúdez que redondeaban su sueldo acompañando con guitarras a conjuntos folclóricos que realizaban grabaciones de temas que le encargaban a la Odeón desde Medellín y que por supuesto no circulaban en Buenos Aires, conformaron un dúo llamado Los Cantores del Valle”, grabaron muchos temas entre los que figuran Quiero que Sufras, de Arturo Ruíz del Castillo, La Ingrata de Carlos Washington Andrade y Carta Infame de Eduardo Murillo,
“Era esa amada toda mi existencia
solo ella era mi ilusión,
por ella sola feliz era mi vida
y ahora solo mi alma es de dolor”
José Barros fue un trotamundos, nacido a orillas del río Magdalena en una población llamada El Banco; muy joven se destacó como compositor y cantor de sus propios temas que por cierto fueron tangos: Cantinero Sirva Tanda (grabado en 1945 para la Víctor en Ecuador), Mal Jugador, Ingrato Amor, Oiga Compadre, luego fue el cantor y compositor de moda de las orquestas de música de baile. Sus composiciones las grabaron artistas de talla internacional como: Los Trovadores de Cuyo, El Conjunto América, Charles Figueroa; entre sus composiciones sobresalió un tango que fue grabado por muchos, su mejor versión tal vez sea la de Carlos Dante, se trata de Viejo Carrusel:
“Quien te ha dicho que por falta de tus besos,
voy a hacer un desgraciado en el amor
si tu sigues el camino de la vida,
yo me quedo entre los humos y el licor...”
Muchos, pero muchos serían los tangos grabados por extranjeros, nacidos en Colombia cuya lista sería interminable, es solo una muestra documentada.
ALGUNOS MOVIMIENTOS TANGUISTICOS EN COLOMBIA:
Es bueno no olvidar que el bogotano Carlos Molina, quien hizo parte de los primeros elencos de cantantes que vestidos como típicos gauchos, cantó tangos en los grandes negocios de los Estados Unidos, con su orquesta grabó algunas piezas y tal vez para muchos la mejor versión instrumental de La Cumparsita; los colombianos Briceño y Añez, bambuqueros y pasilleros de tiempo completo, grabaron algunos de los primeros tangos en el norte, tales como: Loca, El Pibe, Caminito.
El ambiente de tango se iba volviendo común, y ya no era aceptable escuchar aquellos discos a 78RPM en vitrolas y rocolas; lo que se venía era tango en vivo, y para ello comenzaron en Medellín –la capital del tango en Colombia- a traer algunos cantantes y a formar otros. Así es que nacen los famosos festivales de tango, que comenzaron con mucho alborozo, pero que pronto se fueron a pique por la envidia e intereses de particulares. Hernán Restrepo Duque ese gran investigador a quien le debemos en mucho el que se conozca tanto de tango, por tanto fue éste quien revivió en los discos RCA Víctor, cuando era el encargado por parte de Sonolux de publicar el catálogo, discos a los que les hacía una selección maravillosa con notas al reverso, mencionemos esos estupendos álbumes que sacó de Alberto Gómez, Hugo del Carril, Agustín Magaldi, Jorge Omar, Agustín Irusta, Andrés Falgás, Francisco Canaro, Juan D´Arienzo, Carlos Gardel, Edmundo Rivero.... al mencionado Restrepo Duque, leemos en algunos amarillentos periódicos sobre aquellos festivales que se hicieron en Colombia: “Aunque no se llamó así propiamente –incluso el nombre estuvo registrado legalmente y se podía usar el primer Festival de Tango que tuvo Medellín se organizó en 1952 y lo protagonizó Guillermo Casali, un veterano que imitaba al zorzal y que había trabajado en el cine argentino...en Medellín tuvo Casali una larga y triunfal actuación radiofónica que culminó con una radionovela biográfica sobre Gardel cuyo final tuvo lugar en un escenario que se construyó en medio de la plaza de toros La Macarena y en donde personificó al mitológico cantante alternando con la orquesta de Raúl Iriarte”.
YA VIENEN LOS CANTORES A GRABAR AQUÍ:
Los años de 1950 y siguientes fueron importantes para el desarrollo del tango en Colombia, primero porque ya la industria fonográfica iniciaba actividades, estas empresas comenzaban a allegar los artistas extranjeros que visitaban nuestro país, recordamos que cuando Héctor Haro (que aunque ecuatoriano, interpretaba con estilo los tangos) visitó la ciudad de Medellín, en el sello Lyra hizo algunas grabaciones con guitarras. Luego Alberto Gómez visita la ciudad y Sonolux lo pone a grabar un L.P, con una orquesta dirigida por el maestro Luis Uribe Bueno; lo mismo sucedió con Agustín Irusta quien visitó la ciudad en 1951, y también lo contratan para grabar nuevamente sus éxitos; fueron luego Andrés Falgas, Alberto Podestá, Juan Carlos Godoy, Oscar Larroca quienes vinieron con Alfredo de Angelis; por aparte y en diferentes épocas también nos visitaron: Carlos Dante, Héctor Palacios, Libertad Lamarque, Mercedes Simone, y otros que aquí estuvieron y hasta dejaron sus huesos: Carlos Gardel, Raúl Iriarte, Armando Moreno y Pepe Aguirre.
Un disco que revolucionó el tango en Colombia fue Lejos de Ti, es uno de los tangos más importantes de Colombia, casi nadie cree que sea de este país, muchos lo asimilan de inmediato a Buenos Aires. Pero lo más gracioso del caso es que cuando se grabó por allá en 1959 con el acompañamiento del cuarteto Los Caballeros del Tango y la voz del argentino Raúl Garcés no pasó nada, no se vendió; solo cinco años más tarde los dueños de un taller de reparación de pianos traganíquel compraron esos –huesos- y los pusieron en las radiolas que arreglaban, que sorpresa cuando al sonar estos aparatos se escuchó en todo Medellín y luego por todo el continente:
“Hoy que la lluvia entristeciendo esta la noche,
y las nubes en derroche tristemente veo pasar,
viene a mi mente la que lejos de mi lado,
el cruel destino ha posado sólo por verme llorar.
Y a veces pienso que es tal vez mi desventura,
La causa de esta amargura que no puedo soportar,
quiero estar al lado de ella para decirle que es bella,
para decirle que nunca podré dejarla de amar.
Pero estoy lejos de ti, sin saber como estarás,
si estarás pensando en mí o no me recordaras.
Sólo sé que yo te quiero con una inmensa pasión
Y que mi más grande anhelo
es que no olvides mi corazón”
Hubo algunos cantores criollos que hicieron buenas migas con el tango dejando algunas muestras de ello, recordamos a: Carlos Julio Ramírez, José Barros, Oscar Agudelo, Noel Ramírez, El Caballero Gaucho (Luis Ramírez), Aura Cardozo, Alfonso Galdini (imitador de Magaldi, quien formó un dueto con Miguel Ángel Nova llamado Galdini-Nova), El Pibe Campos, Bernardo Saldarriaga, Alberto Rossi y Maria Alba, entre tantos otros...
UN COMENTARIO OFENSIVO:
"Sospechamos –dice Bernardo Echeverri, en una revista de aficionados de tango de Cali- que las circunstancias socio-culturales y económicas han sido la incubadora en que se crió nuestra tangofilia colombiana, lastrada por una especie de desconcertante, discordante y disonante caos melomaníaco, que lleva a delirar lo mismo con una pieza maestra del Gardel como "Cuesta abajo", "Volver" o "Soledad", que con cualquiera de los desastrosos pasodobles interpretados por Enrique Rodríguez y su Orquesta; con una insignificante rancherita cuyo único mérito es ser paisana del Tango; o en últimas, con cualquier foxecito inocuo y desabrido de esos que plagan las mezquinas frecuencias de la tanguedia nacional. La confusión melomaníaca es la enfermedad de los coleccionistas tradicionales de Tango. Su labor carece de tamiz salvo para filtrar las manifestaciones de las extraordinarias corrientes renovadoras del Tango de mediados de los años 40. Esta enfermedad del coleccionista se vuelve fanatismo feroz cuando con iracunda tozudez pretende oponer a las ambiciosas y formidables innovaciones de Salgán, Piazzolla, Pugliese o Stampone, los machacones sonsonetes en 2x4 de Rodolfo Biagi. Por fortuna, el Tango es tan rico y caudaloso en virtudes melódicas, armónicas y literarias, que no se deja ahogar en el mal gusto del coleccionista. La ‘democracia estética’ es inaceptable. Si la democracia política nunca ha existido, la democracia estética nunca deberá existir". Para mí es insólito que se trate de esta manera el tango que con tanto empeño se ha posicionado en nuestra tierra, y que si no fuera por esa popularidad que tanto ofende a estos señores no sería lo que es hoy. Lo de los coleccionistas es un precedente absurdo de criticar, a no ser por estos hombres muchas melodías se perderían; además como empezaron los grandes tanguistas sino tocando para orquestas populares y escuchando tangos cantineros; así que es ofensivo tratar al tango sencillo y del pueblo en cualquier cosa que no merece cuidado ni valoración.
Todavía sigue el ambiente de tango, la cultura esta muy arraigada y aún en las nuevas generaciones se cultiva el tango, es más existen academias especializadas en este género. Aún hay mucha cuerda para rato –esperemos- y que Colombia siga haciendo historia, manteniendo encendida la llama del amor patrio así en la paz como en la guerra, así en la prosperidad como en los tiempos difíciles, así en los momentos de tristeza como en los días de fiesta.
“Te admiro tanto Colombia,
tus bellezas, tus mujeres,
los muchachos tan amigos
que en cualquier parte encontré...
Pueblo de Colombia, tenme en tu recuerdo,
te llevo en el alma y jamás te olvidaré!”
Charlo
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Mauricio Restrepo Gil es Socio Correspondiente de la Academia del Tango del Uruguay