Letra de Charlo
Música de Charlo
Colombia 1956
Salí a buscar una esperanza
un cariño, una ilusión...
busque y todo era niebla en mi alma,
busque con la gran fe de encontrarla,
después Dios la puso en mi camino
y el destino nos unió.
Viví, viví lo que era mi sueño,
juro, juro que yo era su dueño,
después, después solo tango y llanto,
aguardiente y nada mas.
Jamás pensé que aquí en Colombia
si quisiera tanto el tango,
me fascina la bohemia
de su loca juventud,
también yo dije "La quise mucho"
y oyendo tango yo también me emborrache.
Te admiro tanto, Colombia,
tus bellezas, tus mujeres,
los muchachos tan amigos
que en cualquier parte encontré...
Pueblo de Colombia, tenme en tu recuerdo,
te llevo en el alma y jamás te olvidare!
Ayer no pude dormir pensando
en que un día he de partir,
aquí halle abiertos corazones,
viví tantas bellas emociones;
yo sé, como artista es mi destino,
es mi sino andar y andar...
Desde hoy, basta que sea colombiano,
será para mi como un hermano,
y yo aquí les dejo este tango
que salio del corazón.
............
Charlo
Carlos José Pérez de la Riestra, conocido popularmente como Charlo (7 de julio de 1905, Buenos Aires - †30 de octubre de 1990), cantante, músico, pianista, actor y compositor argentino.
El estilo Charlo
Se inició con un estilo completamente gardeliano (escúchese, por ejemplo, su grabación de "Las vueltas de la vida", de 1928), del que fue desprendiéndose sabiamente, para llegar a ser de modo inconfundible él mismo, el inmenso intérprete que todos hemos admirado por su excelente tesitura, su innegable afinación, su casi virtuosismo. Era además excelente ejecutante de piano, acordeón, violín y guitarra, y un finísimo compositor que a veces escribió también sus propias letras. "Muchas cosas tenía para escuchar, lógicamente a Gardel. Y era caer en una huella muy trillada (..) Lo más importante de una artista es tener personalidad. Era la convicción de no poder hacer las cosas mejor que Gardel, y porque segundas partes nunca fueron buenas." (Charlo, en el mismo reportaje).
El Disco
En ese momento Charlo no actuaba ni en radio ni en teatro, pero grababa discos para el sello "Electra". El señor Améndola, tío de Juan D´Arienzo, era el dueño de esa grabadora, donde quedaron registrados veinte temas, entre ellos cuatro con letra y música del propio Charlo, acompañado en guitarras por Vicente Spina y Miguel Correa. Ese mismo año, 1925, es contratado por "RCA Víctor", y en su primer disco dejó registrados dos tangos suyos: Con letra de Celedonio Esteban Flores, "Costurerita", y con letra de Francisco Brancatti, "Pobre varón".
Galán Cantor
A partir de 1927, ya abandonada su carrera de abogado, debutó como galán cantor en las famosas revistas, género muy en boga por aquel entonces. Esas obras estaban escritas y dirigidas por tres grandes del teatro y del tango: Manuel Romero, Ivo Pelay y Luis Bayón Herrera.
Mientras se desarrollaba la temporada, fue a buscarlo el representante Miguel Bucino, quien le informó que Francisco Canaro quería grabar con él en el sello "Disco Nacional Odeón", dado que Charlo se había desvinculado de la casa "Víctor" y ya había grabado para "Odeón" con la orquesta de Roberto Firpo, aunque esos discos nunca salieron a la venta. La propuesta de Canaro, quien -según Charlo- fue a verlo para que reemplazara Roberto Díaz, como estribillista de su orquesta, fue que le pagarían treinta pesos por cada estribillo cantado, y su nombre no figuraría en las etiquetas, tal como era costumbre hasta los primeros años de la década del '40. Recién cuando se reeditaron esas grabaciones en formatos distintos a los discos de 78 r.p.m., pudo rescatarse en algunos casos los nombres de los estribillistas. Lo primero que grabó con Canaro fue el célebre vals boston "Ramona", y el tango "Lindo tipo de varón". Charlo también realizó grabaciones con la orquesta de Francisco Lomuto, que era artista del mismo sello. Su producción discográfica llega a mil cien registros.
Los concursos de la casa "Max Glucksmann"
Paralelamente, con la orquesta de Francisco Canaro, Charlo cantaba los versos de los temas presentados en los concursos que organizaba la Casa "Max Glucksmann" en el "Gran Palace Theatre". Algunos de los tangos cantados por Charlo fueron "Duelo criollo", de Lito Bayardo y Juan Razzano; "Piedad", de Carlos Percuocco y Luis De Biasse; "Te aconsejo que me olvides", de Pedro Maffia y Jorge Curi, y "Alma en pena", de Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez.
Trabajo intenso
El año 1926 fue de una intensa actividad para Charlo. Ensayaba todos los días durante cinco horas, y practicaba vocalización con su maestro de canto Enrico Castronuovo. Además grababa con Canaro, con Lomuto y como solista. Tres veces semanales actuaba en radio, y en los fines de semana se presentaba en los principales cines de la Capital y sus alrededores.
Radio
De Radio Cultura, donde era primera figura, pasó a LOY, Radio Nacional, hoy Radio Belgrano. En esta emisora no sólo era cantor solista, sino que trabajaba como locutor anunciando sus propias interpretaciones, y también daba la hora oficial.
Proyección internacional
Gracias a la difusión de sus discos la voz de Charlo se hizo muy popular en toda América, especialmente en los países limítrofes. Esto le abrió las puertas al exterior, y supo aprovecharlo. Primero fue Uruguay, contratado por la Casa "Max Gluscksmann" para inaugurar el cine "Rex" de Montevideo. Aunque tratándose de tangos no se puede hablar de Uruguay como "exterior", ese fue su primer viaje profesional fuera de nuestro país.. Su primera gira importante comenzó en 1938, actuando con suceso en Chile. "Esta es tu oportunidad, vestite y cantá como sabés, y vas a ver que vas a matar", le había pronosticado su manager José Razzano, y tuvo razón. Actuó luego en Bolivia, Venezuela, Cuba y los Estados Unidos. Principalmente en La Habana y en Lima su éxito fue tal que lo catapultó a la fama, consagrándolo como sucesor de Gardel. En sucesivas giras siguió ampliando su éxito. En Brasil, como en los países anteriormente citados, entonó tangos, boleros y folklore. Otros lugares desde donde alcanzó reconocimiento fueron Panamá, Portugal y España. En estos dos últimos países estuvo radicado a partir de 1955, cantando a dúo con su compañera Sabina Olmos en el espectáculo "Estampas de Hispanoamérica", ofrecido por la televisión y en el casino de Estoril, y más tarde en el cine y la televisión española. De allí pasó a actuar en Francia y Bélgica, y por último, en 1956, visitó Colombia, donde fue recibido con gran suceso no sólo el músico y cantor de tangos, sino un Charlo universal intérprete de ritmos melódicos y tropicales. En esa gira compuso unos de los últimos éxitos: su "Tango en Colombia".
Cine
Se permitió el lujo de incursionar en un medio tan difícil como el cine, rodeado de primeras figuras y sin desentonar. Sus dotes de galán y sus condiciones físicas le permitieron hacerlo con holgura. En 1935, con Mario Soffici, participa en "El alma del bandoneón", donde luce sus cualidades de cantor. En 1936, ahora dirigido por Luis César Amadori y junto a Pepe Arias, la Negra Bozán y Alicia Vignoli, participa en el film "Puerto nuevo". Trabajó también en "Carnaval de antaño" dirigida por Manuel Romero. En el rodaje de este film, conoció a la que sería su mujer hasta 1969, Sabina Olmos. Los acompañaban además Florencio Parravicini, Sofía Bozán y Enrique Roldán. Actuó también en "Los troperos", "Los muchachos se divierten", "Un sueño y nada más" y otras películas, en algunas de las cuales fue protagonista. Además participó en varias filmaciones en España.
La amistad con Edmundo Rivero
Dos estilos diferentes, casi enfrentados: Por un lado el tango reo de Edmundo Rivero, por el otro el tango de salón de Charlo. Curiosamente se habían conocido cuando Edmundo entró como cuarto guitarrista acompañante de Charlo. Allí nació una amistad que los unió hasta el final. Primero fue Charlo quine lo ayudó, antes de que Leonel se decidiera a cantar. Con el tiempo el creador de "El viejo almacén" también le tendería una mano, con esa generosidad y bonhomía que siempre lo caracterizaron. Se los solía ver en el desaparecido "Marabú", cuando ambos compartían cartelera, y a pesar de los estilos opuestos cantaban juntos más de una vez, especialmente temas folklorícos y milongas pampeanas. Ambos compartían la amistad de ese otro fenómeno llamado Homero Manzi.
El compositor
De su autoría quedaron cuatro tangos instrumentales y siete que tienen además letra del mismo Charlo, y alrededor de treinta temas más con letras de Luis César Amadori, José González Castillo, José María Contursi, Esteban Celedonio Flores, Cátulo Castillo, Francisco Bohigas, Homero Manzi y Enrique Domingo Cadicamo.
Músicos que lo secundaron
Actuó primeramente, en forma simultánea, con Francisco Canaro y con Francisco Lomuto, ya que los tres estaban contratados por el mismo sello grabador. Antes había cantado con Roberto Firpo. Luego con Adolfo Carabelli, con Salvador Ruiz de Luna en España, con Héctor Stamponi, Roberto Pansera, Lamarque-Ponce, Demare-Vardaro y la "Orquesta Típica Víctor". En 1939 hizo una gira acompañado por un trío compuesto por Osvaldo Pugliese, Federico Scorticati y Juan José Gallastegui, en piano, bandoneón y violín respectivamente. También cantó acompañado por la orquesta de Osvaldo Requena, y tuvo además entre sus más calificados guitarristas a Iriarte, Iglesias, Besada y Arrieta, sin olvidar el paso por su conjunto de Edmundo Rivero, Roberto Grela y Vicente Spina.
Actividad gremial
A pesar de la intensa labor artística que siempre desarrolló, Charlo encontró tiempo para preocuparse por la suerte de los que dedican su vida al espectáculo, y trabajó en demanda de mejores condiciones laborales para los músicos, los cantantes y demás integrantes del varieté. Esto lo llevó a ocupar la secretaría general de la Unión Argentina de Artistas de Variedades.
Homenajes
Al celebrar sus 50 años con el tango, se lo homenajeó en el Teatro Solís, máximo escenario montevideano.
El 29 de junio de 1990, en un acto realizado en el Salón Dorado del Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires, y junto a otras cuarenta personalidades, Charlo fue distinguido como Académico de Honor por la Academia Nacional del Tango de la República Argentina.
Cuatro meses después de recibir la distinción de Académico de Honor, el 30 de octubre de 1990, Charlo murió en Buenos Aires a los 83 años.
El estilo Charlo
Se inició con un estilo completamente gardeliano (escúchese, por ejemplo, su grabación de "Las vueltas de la vida", de 1928), del que fue desprendiéndose sabiamente, para llegar a ser de modo inconfundible él mismo, el inmenso intérprete que todos hemos admirado por su excelente tesitura, su innegable afinación, su casi virtuosismo. Era además excelente ejecutante de piano, acordeón, violín y guitarra, y un finísimo compositor que a veces escribió también sus propias letras. "Muchas cosas tenía para escuchar, lógicamente a Gardel. Y era caer en una huella muy trillada (..) Lo más importante de una artista es tener personalidad. Era la convicción de no poder hacer las cosas mejor que Gardel, y porque segundas partes nunca fueron buenas." (Charlo, en el mismo reportaje).
El Disco
En ese momento Charlo no actuaba ni en radio ni en teatro, pero grababa discos para el sello "Electra". El señor Améndola, tío de Juan D´Arienzo, era el dueño de esa grabadora, donde quedaron registrados veinte temas, entre ellos cuatro con letra y música del propio Charlo, acompañado en guitarras por Vicente Spina y Miguel Correa. Ese mismo año, 1925, es contratado por "RCA Víctor", y en su primer disco dejó registrados dos tangos suyos: Con letra de Celedonio Esteban Flores, "Costurerita", y con letra de Francisco Brancatti, "Pobre varón".
Galán Cantor
A partir de 1927, ya abandonada su carrera de abogado, debutó como galán cantor en las famosas revistas, género muy en boga por aquel entonces. Esas obras estaban escritas y dirigidas por tres grandes del teatro y del tango: Manuel Romero, Ivo Pelay y Luis Bayón Herrera.
Mientras se desarrollaba la temporada, fue a buscarlo el representante Miguel Bucino, quien le informó que Francisco Canaro quería grabar con él en el sello "Disco Nacional Odeón", dado que Charlo se había desvinculado de la casa "Víctor" y ya había grabado para "Odeón" con la orquesta de Roberto Firpo, aunque esos discos nunca salieron a la venta. La propuesta de Canaro, quien -según Charlo- fue a verlo para que reemplazara Roberto Díaz, como estribillista de su orquesta, fue que le pagarían treinta pesos por cada estribillo cantado, y su nombre no figuraría en las etiquetas, tal como era costumbre hasta los primeros años de la década del '40. Recién cuando se reeditaron esas grabaciones en formatos distintos a los discos de 78 r.p.m., pudo rescatarse en algunos casos los nombres de los estribillistas. Lo primero que grabó con Canaro fue el célebre vals boston "Ramona", y el tango "Lindo tipo de varón". Charlo también realizó grabaciones con la orquesta de Francisco Lomuto, que era artista del mismo sello. Su producción discográfica llega a mil cien registros.
Los concursos de la casa "Max Glucksmann"
Paralelamente, con la orquesta de Francisco Canaro, Charlo cantaba los versos de los temas presentados en los concursos que organizaba la Casa "Max Glucksmann" en el "Gran Palace Theatre". Algunos de los tangos cantados por Charlo fueron "Duelo criollo", de Lito Bayardo y Juan Razzano; "Piedad", de Carlos Percuocco y Luis De Biasse; "Te aconsejo que me olvides", de Pedro Maffia y Jorge Curi, y "Alma en pena", de Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez.
Trabajo intenso
El año 1926 fue de una intensa actividad para Charlo. Ensayaba todos los días durante cinco horas, y practicaba vocalización con su maestro de canto Enrico Castronuovo. Además grababa con Canaro, con Lomuto y como solista. Tres veces semanales actuaba en radio, y en los fines de semana se presentaba en los principales cines de la Capital y sus alrededores.
Radio
De Radio Cultura, donde era primera figura, pasó a LOY, Radio Nacional, hoy Radio Belgrano. En esta emisora no sólo era cantor solista, sino que trabajaba como locutor anunciando sus propias interpretaciones, y también daba la hora oficial.
Proyección internacional
Gracias a la difusión de sus discos la voz de Charlo se hizo muy popular en toda América, especialmente en los países limítrofes. Esto le abrió las puertas al exterior, y supo aprovecharlo. Primero fue Uruguay, contratado por la Casa "Max Gluscksmann" para inaugurar el cine "Rex" de Montevideo. Aunque tratándose de tangos no se puede hablar de Uruguay como "exterior", ese fue su primer viaje profesional fuera de nuestro país.. Su primera gira importante comenzó en 1938, actuando con suceso en Chile. "Esta es tu oportunidad, vestite y cantá como sabés, y vas a ver que vas a matar", le había pronosticado su manager José Razzano, y tuvo razón. Actuó luego en Bolivia, Venezuela, Cuba y los Estados Unidos. Principalmente en La Habana y en Lima su éxito fue tal que lo catapultó a la fama, consagrándolo como sucesor de Gardel. En sucesivas giras siguió ampliando su éxito. En Brasil, como en los países anteriormente citados, entonó tangos, boleros y folklore. Otros lugares desde donde alcanzó reconocimiento fueron Panamá, Portugal y España. En estos dos últimos países estuvo radicado a partir de 1955, cantando a dúo con su compañera Sabina Olmos en el espectáculo "Estampas de Hispanoamérica", ofrecido por la televisión y en el casino de Estoril, y más tarde en el cine y la televisión española. De allí pasó a actuar en Francia y Bélgica, y por último, en 1956, visitó Colombia, donde fue recibido con gran suceso no sólo el músico y cantor de tangos, sino un Charlo universal intérprete de ritmos melódicos y tropicales. En esa gira compuso unos de los últimos éxitos: su "Tango en Colombia".
Cine
Se permitió el lujo de incursionar en un medio tan difícil como el cine, rodeado de primeras figuras y sin desentonar. Sus dotes de galán y sus condiciones físicas le permitieron hacerlo con holgura. En 1935, con Mario Soffici, participa en "El alma del bandoneón", donde luce sus cualidades de cantor. En 1936, ahora dirigido por Luis César Amadori y junto a Pepe Arias, la Negra Bozán y Alicia Vignoli, participa en el film "Puerto nuevo". Trabajó también en "Carnaval de antaño" dirigida por Manuel Romero. En el rodaje de este film, conoció a la que sería su mujer hasta 1969, Sabina Olmos. Los acompañaban además Florencio Parravicini, Sofía Bozán y Enrique Roldán. Actuó también en "Los troperos", "Los muchachos se divierten", "Un sueño y nada más" y otras películas, en algunas de las cuales fue protagonista. Además participó en varias filmaciones en España.
La amistad con Edmundo Rivero
Dos estilos diferentes, casi enfrentados: Por un lado el tango reo de Edmundo Rivero, por el otro el tango de salón de Charlo. Curiosamente se habían conocido cuando Edmundo entró como cuarto guitarrista acompañante de Charlo. Allí nació una amistad que los unió hasta el final. Primero fue Charlo quine lo ayudó, antes de que Leonel se decidiera a cantar. Con el tiempo el creador de "El viejo almacén" también le tendería una mano, con esa generosidad y bonhomía que siempre lo caracterizaron. Se los solía ver en el desaparecido "Marabú", cuando ambos compartían cartelera, y a pesar de los estilos opuestos cantaban juntos más de una vez, especialmente temas folklorícos y milongas pampeanas. Ambos compartían la amistad de ese otro fenómeno llamado Homero Manzi.
El compositor
De su autoría quedaron cuatro tangos instrumentales y siete que tienen además letra del mismo Charlo, y alrededor de treinta temas más con letras de Luis César Amadori, José González Castillo, José María Contursi, Esteban Celedonio Flores, Cátulo Castillo, Francisco Bohigas, Homero Manzi y Enrique Domingo Cadicamo.
Músicos que lo secundaron
Actuó primeramente, en forma simultánea, con Francisco Canaro y con Francisco Lomuto, ya que los tres estaban contratados por el mismo sello grabador. Antes había cantado con Roberto Firpo. Luego con Adolfo Carabelli, con Salvador Ruiz de Luna en España, con Héctor Stamponi, Roberto Pansera, Lamarque-Ponce, Demare-Vardaro y la "Orquesta Típica Víctor". En 1939 hizo una gira acompañado por un trío compuesto por Osvaldo Pugliese, Federico Scorticati y Juan José Gallastegui, en piano, bandoneón y violín respectivamente. También cantó acompañado por la orquesta de Osvaldo Requena, y tuvo además entre sus más calificados guitarristas a Iriarte, Iglesias, Besada y Arrieta, sin olvidar el paso por su conjunto de Edmundo Rivero, Roberto Grela y Vicente Spina.
Actividad gremial
A pesar de la intensa labor artística que siempre desarrolló, Charlo encontró tiempo para preocuparse por la suerte de los que dedican su vida al espectáculo, y trabajó en demanda de mejores condiciones laborales para los músicos, los cantantes y demás integrantes del varieté. Esto lo llevó a ocupar la secretaría general de la Unión Argentina de Artistas de Variedades.
Homenajes
Al celebrar sus 50 años con el tango, se lo homenajeó en el Teatro Solís, máximo escenario montevideano.
El 29 de junio de 1990, en un acto realizado en el Salón Dorado del Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires, y junto a otras cuarenta personalidades, Charlo fue distinguido como Académico de Honor por la Academia Nacional del Tango de la República Argentina.
Cuatro meses después de recibir la distinción de Académico de Honor, el 30 de octubre de 1990, Charlo murió en Buenos Aires a los 83 años.
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